hontanillademolicion

lunes, junio 04, 2007

El desconcierto


Veo que andáis muy agitados con esto del panorama postelectoral. Yo, mientras, veo que la realidad sigue ahí fuera, brillante y nuevecita como una falsa moneda. Y yo, aquí al teclado, desconcertada, como un calvo con traje y corbata en medio del escenario en un concierto de Lujuria, enfrentado a la moto y a los pantis de Óscar.
En la calle y en la radio, lo mismo de siempre: que si el señor de la Cámara de Comercio hablando de impactos, que las quinielas para ver qué se le ocurre a Arahuetes sobre la composición de su equipo, que las obras continúan (en esto sí que debemos ser originales: dicen en la radio que es un problema laboral el que hayan acabado las obras en las ciudades justo antes de las elecciones. Ya veis, aquí siguen. Este es nuestro hecho diferencial), que ya hemos elegido a los chorizos y a los partidarios del progreso sostenible que nos enladrillarán los prados y los riscos que disfrutamos esta primavera (creo que empezarán a urdir sus tramas el día 16 de junio).
Bueno, pues a prepararse, que seguro que ahora nos hablan más de sostenibilidad, de patrimonio, de participación y de otras mandangas, mientras caminamos justito en dirección contraria. A estas alturas servidora tiene claro que poquitas cosas pueden esperarse de los tigres y de los leones. Bueno, el brillo de sus garras es diferente, una especie me cae peor que la otra, pero las dos son carnívoras y comen corderos, así es que no sé por qué hay tantas esperanzas en el rebaño.
El cambio que necesitamos es un cambio antropológico y también político, pero político de verdad, no de este jueguecito de partidos que encumbren lo que dicen y lo que hacen, que creen que el colmo de la participación son estos foros tan monos que organizaban en la Sala de la Chimenea. El ocio, el consumo y la propiedad pura y dura siguen siendo los motores de esta sociedad en la que tanto mientan al desarrollo sostenible. Nadie dice que habrá que renunciar a algo. Bueno, algunos sí. Aquí hay asociaciones ecologistas y ciudadanas que no se creen este rollito tan claro de progreso y acumulación capitalista. Conviene juntarse y, de paso, disfrutar un poquito. Creo que por ahí van los acordes.