La estación del TAV y las expectativas urbanísticas

No podía faltar un comentario a una infraestructura que sin duda esta siendo trascendental en la definición del modelo de ordenación del territorio y de la cual ya se están derivando importantes consecuencias urbanísticas para Segovia: El TAV.

Las expectativas creadas desde hace unos años por la llegada a Segovia del tren de velocidad alta hacen que sea considerado por algunos como la panacea para el ansiado desarrollo que parece faltarnosa los segovianos y para otros, una fortaleza que mal gestionada puede dar origen a un urbanismo desbocado con nefastas consecuencias para los ciudadanos y para el patrimonio cultural y ambiental de Segovia.

En el paisaje sur de la ciudad, en "mitad de la nada" ya levanta la estructura de la futura estación del TAV. La lejania de la ciudad no parece inconveniente para que desde hace tiempo haya un importante movimiento especulativo sobre el suelo rústico de la zona, cuyos propietarios son conscientes de que no tardando mucho llegara el desarrollo urbanístico y con él la posibilidad de obtener unas importantes rentas con la venta de unos terrenos que hasta hoy sólo eran cercas y prados de aprovechamiento ganadero.



Desde que el Ministro de Fomento Alvarez Cascos (el mismo que dijo aquello de "mejor esto que nada.." cuando inauguraba la circunvalación SG-20) resolvió el emplazamiento de la estación en favor del entorno de "Juarrillos",(al margen de las propias autoridades locales que se vinieron de Madrid con el rabo entre las piernas, sin más explicación que el "por qué lo digo yo") las expectativas urbanísticas de la zona y las consecuencias especulativas han ido en aumento y lo que para el redactor del nuevo PGOU de Segovia José Maria Ezquiaga "no era el mejor sitio, desde el punto de vista técnico" se ha convertido en el punto de mira para crear un nuevo barrio, extender los actuales límites de la ciudad por la única zona libre que quedaba de comunicación con la sierra y para hacer un sinfin de viales de comunicación que transformaran una zona rústica en urbanizable con un montón de metros cuadrados.

Esta serrana ya vieja, duda que aquella decisión política fuera casual o técnica, creyendo más bien, a juzgar por los efectos ya visibles, que fue tomada de forma consciente a sabiendas de que favorecia la expansión urbanística y con ella las posibilidades de constructores y promotores. Poco importan los inconvenientes de desplazamiento para los ciudadanos o la dispersión de la ciudad o la destrucción del suelo y de un paisaje valioso en el piedemonte de la Sierra de Guadarrama.