Lávate, pero sin exagerar

El alcalde habla de restricciones de agua y la prensa ve "un futuro muy oscuro": ¿qué va a pasar con el agua cuando Segovia y su alfoz alcancen la cifra de 120.000 habitantes?, parece que se preguntan. Como nuestras autoridades son muy imaginativas, ya están en la solución: infraestructuras hidráulicas. Por si alguien no sabe qué significa eso, lo traduzco: un nuevo embalse. Parece que todos apostarán por ello.
Veo difícil que puedan pensar cosas como estas, pero por si acaso tiene alguien la oportunidad de hablar con algún alcalde o alcaldesa de nuestro entorno, aquí las reflejo, porque no estaría mal que se preguntaran cosas como:

• ¿Estamos seguros de que vamos a llegar en los próximos años a los 120.000 habitantes?. Un senador longevo apostó, cuando se proyectó el barrio de Nueva Segovia allá por los setenta, por el llamado horizonte 2000: Segovia, una ciudad de 100.000 habitantes. A la vista está el acierto de su predicción (qué Santa Lucía te la conserve), que le valió ser catapultado al sillón senatorial al que se aferra con uñas y dientes. La población ha permanecido estancada.
• ¿Tendrán algo que ver los chiquicientos campos de golf que se proyectan en nuestra provincia con el consumo de agua? Ahí está el plusmarquista mundial de ocupación de sillones reclamando cinco millones de litros diarios para su campo de golf -sólo para el suyo-, mientras el alcalde de Segovia dice que si restringimos mucho el agua podremos ahorrar 160.000 litros diarios, o sea un 3% (sí, he dicho bien: un 3%) de lo que se va a beber Atilano, según lo publicado en el Boletín Oficial de la Provincia.
• ¿Alguien ha pensado que quizás tenga alguna relación con el consumo de agua la actual política de urbanización que estamos viendo proliferar en nuestro entorno? Probablemente este modelo de adosados con verdecito que se empapa, con piscinas a tutiplén, con urbanizaciones diseminadas, no tenga nada, nada que ver con que estemos así con el agua.
• ¿Privatizar el agua pública, como se ha hecho con la concesión a Bezoya, destruir parajes naturales, secar arroyos y agotar pozos y reservas hídricas, construir paredes de hormigón para hacer pantanos en la Sierra, es el único futuro al que estamos condenados? ¿De verdad que no se les ocurren otras alternativas?

De todas estas preguntas, yo no me atrevo a contestar a ninguna. Bueno, a la última sí: no se les ocurren, ni se les ha pasado por la cabeza. Además nos soltarán el discurso del progreso y del desarrollo de la ciudad y de sus pueblos. Nos venderán esa moto de la todourbanización y del crimen catrastal y ambiental como las grandes metas, el paraiso que nos espera en la otra esquina. Y una mierda. Llámemos a las cosas por su nombre: esto que nos van a vender es especulación, capitalismo de rapiña.

Mientras tanto, Madrigal ha dado en la diana: Lávate, pero sin exagerar. Seguro que nos propondrán medidas de ese tipo, mientras crecen campos de golf, urbanizaciones a la americana y negocios basados en el derroche y en el beneficio de los mangantes de siempre. Así es que, amiguitos y amiguitas, no os olvidéis de una idea con la que nos van a machacar en la política local en un futuro próximo: hay que generar infraestructuras y recursos hidráulicos (traducción: secar pozos y hacer pantanos). Mientras tanto, yo me seguiré lavando, pero sin exagerar.