Va de arroyos
Pues en lo del agua estabámos poquitos -eso no interviene en la justicia de la causa, que esta es de las que hay que defender siempre-, pero por allí no aparecieron ni Vázquez ni Conde. Bueno, Conde sí se hizo notar porque, al parecer, se negó a que los organizadores de la rueda de prensa-concentración conectaran su cable al enchufe del municipal quiosco de música.
Cuenta Vonnegut que en una ocasión preguntó al escritor alemán Heinrich Böll cual era el principal defecto de su pueblo, el pueblo alemán, y que este contestó firme: “sin duda, la obediencia”. Los segovianos y segovianas somos, en este sentido, un poco alemanes. Obedecemos a los que nos mandan, sin preguntarnos demasiadas cosas, aunque nos hagan comulgar con ruedas de molino tan grandes como las cesiones de agua a Bezoya o proyecten hacer presas como esa con la que quieren arruinar las Calderas. Un auténtico atentado a nuestra madre naturaleza.
Mientras, los Amigos del Patrimonio, mosqueados por lo que quieren hacer con el tramo final del arroyo Alemán o Alamillos, que una, en su incultura, no sabe diferenciar.
Veréis, resulta que el citado arroyo Alemán o Alamillos (ya digo que a lo mejor son dos y yo me refiero sólo a uno de ellos) bordea las tapias del antiguo convento de Santa Cruz, hoy convertido por la gracia de don Atilano en empresa privada de estudios universitarios, o sea la SEK y sale muy cerquita de los miniapartamentos o zahúrdas. Allí, el arroyo se asoma a través de una arcada de ladrillo con reja filtradora, que está siendo cubierta por una estructura de hormigón, similar a la utilizada para el alcantarillado de carreteras. Y, claro, el vial nuevo va derechito a las zahúrdas y eso les mosquea. Eso les pasa por observar, comentar y hacerse preguntas, cuando aquí lo que se pide es cerrar los ojos, la boquita y obedecer. En fin, que podéis ver esta muestra de segovianismo desviado en El Adelantado de hoy:
http://www.eladelantado.com/ampliaNoticia.asp?idn=44749&sec=1&offset=0
Mirad lo que he encontrado sobre el origen del nombre del arroyo Alemán, que parece que hunde sus raíces en su relación con los gascones que vinieron en la Edad Media a Segovia (recordad la leyenda del Cristo de los Gascones):
"Procuraron tambien de quedarse todos en Segovia, en compañia y guarda del Santo Christo. Y porque los Gascones se apartaron a vivir todos juntos baxo desta yglesia, hazia la plaza del Azoguejo, vienen a esta Ciudad a llamar aquella calle, la calle de los Gascones, y hasta el dia de hoy repite este nombre aunque algún tanto corrompido el vocablo, le llaman al presente Cal de Gascos. Y porque los Alemanes se apartaron a vivir juntos, junto a esta Yglesia, hacia la baxada donde el día de oy esta el palacio y casa de las Plagas, vinieron a llamar los segovianos al arroyo que pasa por alli cerca, el arroyo Aleman, y hasta el dia de hoy retiene este nombre". Transcripción de la Historia de San Frutos, escrita en el siglo XVI por el Licenciado Calvete, cuyo original se encuentra en el Archivo de la Catedral de Segovia, libro 4º, fols. 255 v. a 257 v.
En la imagen superior podéis ver un grabado, de autor desconocido, que representa una vista de Segovia alrededor de 1820. En la parte inferior derecha se ve un hombre y una caballería atravesando un puente que permite el paso sobre el arroyo Alamillos, que hay quien asegura que es el responsable del socavón que se produjo el otro día en Vía Roma. ¡Cómo cambian los tiempos!
¡Ah!. Agradezco mucho vuestros comentarios de apoyo a esta bitácora o blog, o lo que sea.
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