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jueves, abril 05, 2007

El Salón del Automóvil (barruntos)


Se acercan las municipales y autonómicas y la cosa creo que se presenta mal. Crecen los rumores de parkings y de pantanos. Se habla de los mismos despropósitos de siempre: el parking del Salón, de dimensiones más pequeñas, se nos dice ahora, y se cambia de nombre: ya no será más el parking del Salón, sino el del Paseo de los Tilos, que dice el diccionario de la Real Academia que son árboles de mucho adorno en los paseos. Mal asunto, todo este juego de cambiar los collares para seguir con la misma historia de perros, huele a que asistiremos dentro de muy poquito al sacrificio de otro recurso natural en nombre del automóvil, ese instrumento mitológico, que, inconscientemente, me temo que representa para los concejales, los hosteleros y algunas personas que predican en los medios de comunicación, la conciencia clara y distintiva del progreso, de la aceleración del tiempo, de la reducción de distancias, de la comodidad, del poder del ser humano sobre las actividades económicas y sobre la propia naturaleza inhóspita y ajena. Presumo que nos lo venderán como un avance civilizador, sin advertir que ese civilizar es civilizar la naturaleza y quiere decir que será atravesada y abierta para manipular y aplastar los recursos naturales hasta convertirlos en bienes económicos susceptibles de intercambio y, sobre todo, de acumulación. De acumulación, porque –que nadie tenga dudas- esta operación acabará en el bolsillo de unos pocos. En cuanto, a lo de civilizada, la naturaleza del Salón ya está bastante civilizada, y es un lugar apacible para la conversación, el paseo y la visión serena del Pinarillo o de la Sierra con la ciudad medieval a la espalda. Seguiremos hablando de este triste asunto.